Educación Sexual Integral: qué es y por qué no se implementa

Mariana DM – El Programa Nacional de Educación Sexual Integral (ESI) surgió en base a la Ley 26.150, a partir del 2006, la cual garantiza que todxs lxs estudiantes de todos los niveles y establecimientos educativos reciban educación sexual. A pesar de esto, hasta el momento, la ley nunca fue implementada correctamente y lxs involucradxs nunca obtuvieron la información necesaria. Frente a esta situación y teniendo en cuenta el contexto que se está viviendo con respecto a la visibilización de la violencia de género, lxs estudiantes salieron a la calle a reclamar porque el Estado declare emergencia de género en los colegios y por la correcta implementación del Programa.

El objetivo de la ESI es promover una educación para una sexualidad responsable desde una perspectiva de género, donde se incluyan aspectos de la diversidad sexual. Además, se contempla la prevención de problemas de salud (sexual y reproductiva), el uso de métodos anticonceptivos, temas sobre la identidad de género, orientación sexual e igualdad de trato y oportunidades para las mujeres.

En el 2008 se establecieron los Lineamientos Curriculares para la Educación Sexual Integral. La idea es que se planteen abordajes integrales y transversales, es decir, que se trabajen desde todas las materias, desde los niveles iniciales, primario y primer ciclo de secundario. También, se incorporan pautas de formación para lxs docentes para continuar capacitándolos bajo una perspectiva de género.

La propuesta plantea la integración de aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos. La educación sexual no se basa solamente en la enseñanza acerca de las relaciones sexuales, ni se reduce a las formas de prevenir embarazos o enfermedades. El término “educación sexual integral” hace referencia a los saberes y habilidades para la toma de decisiones responsables y críticas en relación con los derechos de lxs niños y lxs adolescentes al cuidado del propio cuerpo, las relaciones interpersonales, la información y la sexualidad.

Según un estudio de UNICEF de este año se pudo comprobar, no sólo que el Programa de ESI nunca fue implementado en las escuelas, sino que ni lxs alumnxs, ni lxs docentes ni los padres y madres recibieron información adecuada. La mayoría de lxs estudiantes y lxs docentes comentaron haber recibido información principalmente por medios de comunicación o por otrxs compañeros. Esto refleja una de las falencias principales del Programa: quienes son los actores principales para la difusión de los temas no están informados, capacitados ni al tanto de los contenidos del mismo.

El Programa debe ir acompañado de un protocolo que dé a las jóvenes herramientas para prevenir o para hacer frente a la violencia de género que se vive todos los días. Las estudiantes no están exentos de la violencia de género presente en nuestra sociedad. No sólo la viven en la calle, sino que dentro de sus escuelas también existe y está presente. Hay escuelas en donde se dieron casos de abuso y violación y las chicas deben convivir día a día con sus victimarios porque el Estado no las protege y no se hace cargo.

A principios de este año el gobierno porteño decidió eliminar seis jornadas específicas de la agenda educativa, dos de las cuales incluían temas sobre ESI y violencia de género, y otros cuatro de perfeccionamiento y debate. El argumento fue para “recuperar los días sin clase por los paros docentes”. Sin embargo, la lucha de los estudiantes con sus más de 30 colegios tomados hicieron retroceder al gobierno y que este reincorporé 3 jornadas ESI antes de fin de año.

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